viernes, 21 de mayo de 2010

Torbellino cerebral...

No sé si es la resaca de un concierto asesino que todavía me acompaña, o la visita inesperada que hice anoche a las ventanas del pasado. Tal vez es el auto-castigo que me siento merecer por los defectos que arrastro desde hace años que me hacen cuestionar el  deseo que le tengo a los planes propios, a las metas.

No sé si es la víspera de una fuerte prueba que me tocará afrontar mañana, o los sube y baja  en los panoramas mentales de mi futuro, que cuestionan mis acciones y reacciones del presente... cada día, cada minuto, y tambalean aunque sin aniquilar las fantasías y los sueños que se forman en el corazón y la razón.

Los temas se entremezclan, pasado y futuro, ayer y mañana, olvido o ilusión, y en el cerebro se arma una especie de paisaje impresionista que si no salgo a pintarlo con la primera crayola o pincel que encuentre, me va a estallar dentro del cuerpo y regará sus colores por todas las paredes de la habitación en que me encuentro.

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