lunes, 10 de mayo de 2010

Luna...

Se desangra la luna que hace más de 8 meses no veía. Está en cuclillas, y con agudo dolor y encogimiento en su interior sienténdose morir se desangra.
Es libre al fin... pero a qué precio! Su larga ausencia ahora la recompensa su finalmente inevitable y desgarradora presencia que gota tras gota va purgando el alma y el cerebro. 
Arañando las paredes se despoja de sus penas, de frustraciones y largas esperas. Se limpia de sus delitos, por las lenguas que ha enroscado en besos clandestinos y actos fallidos. 
Con ese dolor agónico se desprende también de las tardes de juegos en el césped. Obstinada, renuncia a los sabores de los recuerdos que nunca sucedieron, olvida la fantasía, las salidas nocturnas a dibujar estrellas... y se filtra por la ventana entreabierta la sombra de una desolación, hasta que así como llegó decida marcharse y tarde meses en regresar y repetir una de las suyas.

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