lunes, 21 de junio de 2010

Más que cayos y manglares (visita #1 P.N. Los Haitises)(...y parte II)



...para ver la primera parte de este post pulse aquí...


Tras "ajutarnos" un almuerzo improvisado en una de las casas de los locales en Cristal (plátano, queso frito, salami y jugo de tamarindo) durante nuestra hora de espera, terminamos bajando nuevamente hacia la laguna. La yola nos esperaba, entraríamos al río Cristal para llegar hasta el río Barracote, que desemboca en la Bahía de Samaná, muy cerca de la zona de cayos en la costa.

Río Cristal resultó ser una locura. Es un curso de agua donde en muchos tramos apenas pasaba la yola e ideal para intentarlo en kayak, mágico, cubierto de árboles, con un microclima diferenciado de aquel que rodea la laguna y los mogotes. Escuché las aves pasar de una rama a otra y cantar en su forma característica. Salimos finalmente al río Barracote, donde el clima cambió nuevamente de manera drástica, y a pesar de que el sol aún nos pegaba en la cara ya no había más tiempo para llegar hasta la bahía. De regreso disfruté nuevamente de Cristal, pero esta vez no observé su techo verde de ramas, hojas y aves, sino  su suelo de plantas visible a través del curso transparente de sus aguas.

Del otro lado de la baraja se puede apreciar el tema de la intervención  antrópica en el área protegida. Durante todo el recorrido, observé alguna que otra casa espontánea junto con su conuco en la ribera de Cristal, alguna persona lavando en sus aguas, algunas yolas encayadas... Imaginé que ese mismo tipo de sorpresa podría encontrarla cuando tuviera la oportunidad de recorrer las zonas interiores de un parque que durante toda la historia ha sido víctima del conuquismo y otras actividades ejercidas de manera no planificada y regulada.


En mi cabeza empezaban a germinar las ideas de un proyecto de tesis que se convertiría en mi aire y alimento por muchos meses. Saliendo a la carretera nos topamos con un atardecer asesino y aún en las cercanias del parque nacional, nos recibió la noche entrgándonos la luna más enorme que he visto salir en toda mi vida (y les digo que siendo yo una pura selenita, he visto montones de lunas hermosas) totalmente llena, anaranjada como nunca, y tan tan tan enorme... que nos paramos en medio del camino por media hora para verla subir y tratar de robar una foto... y así empezó Los Haitises a regalarme más de lo que yo esperaba.

1 comentario:

Héctor Emilio (Motika) dijo...

Anda pal carajo, para que leí esto. Ahora es que tengo ganas de salir para allá