domingo, 7 de febrero de 2010

A vuelo de pájaro

En Arquitectura, cuando observamos un objeto o edificio desde su parte superior se le llama "a vista o vuelo de pájaro" que es igual a referirnos a ver un objeto o edificio en planta. 

Las aves tienen una visión en planta del mundo que vivimos los terrícolas y aunque probablemente sea muy común para ellas ver desde ese ángulo, observar la Tierra desde el cielo es uno de mis más preciados sueños, de ahí que sea  admiradora de los trabajos del fotógrafo Yann Arthus-Bertrand, que necesite ir en la ventana de los vuelos de avión para evitar depresiones y que en mi lista de fantasías, ver el planeta Tierra desde el espacio ocupe uno de los tres primeros lugares. 

Muy cercano a esto Yasmín me embarcó, o nos embarcó, en una aventura de paseo por los cielos de Bávaro, para ver desde otro ángulo uno de los territorios que expreso sin tapujos está lejos de ser mi favorito... pero desde el aire pude apreciar la magia de la que tal vez hablan las aves en vuelo.
La hermosa burbuja voladora amarilla en la playa de Jellyfish siempre nos había cautivado y tal vez la sinergia provocada por tan esperado fin de semana, y descubrir que tambien teníamos burbujas de colores, hizo que repente como niñas de 5 años tomáramos la decision de subir a los aires en una burbuja de colores. Nos apresuramos a reservar y una yola nos recogió para llevarnos al bote desde donde salía la travesía, con los ánimos un poco bajos porque tuvimos que asumir que no nos tocaría volar en una burbuja de color, sino en la amarilla que vimos a nuestra llegada a la playa.
Aceptando lo que ya dábamos por hecho y justo cuando los del turno anterior agotaron su ticket de viajero... PAM!!!! nos anuncia el capitán de bote que la intensidad del viento está incrementando y que necesitaremos cambiar el paracaídas por otro que tenían guardado. -"Ves, estas son las cosas que sólo me pasan a mi" dice Yas, que es pendeja y hasta duerme con la luz de su mesita de noche encendida, mostrándose un poco nerviosa. De repente y entendiendo que el cambio en el viento fue un regalo de papa Dios veo como poéticamente desciende la burbuja amarilla, parece una obra surrealista mientras se arruga, y se mezcla con el sol, y el agua, y casi de manera mágica… sí! sacan el nuevo paracaídas y resulta ser de colores! Nuestras caras de niñas volvieron a iluminarse: la nueva burbuja era de colores... y otra vez con 5 años nuestra nueva tarea era ubicar en la costa a Juanka, nuestro fotógrafo de la jornada y hacerle señas para que reparara que en la burbuja de colores subiríamos nosotras, tal como nuestros espíritus infantiles lo habían planeado.

Amarradas y listas, despegamos, y la hidrosfera nos besó los pies de manera sublime al iniciar nuestro ascenso, en señal de despedida. La travesía había empezado...
Estando en el cielo, Yas y yo recordamos a aquellos amigos que esta vez por elección no estuvieron arriba con nosotras y que en ese fin de semana no me acompañaron a visitar ese pedacito de tierra mal planificado como casi todo en nuestro país, y yo aprendí que la tierra de Bávaro, aquella que tenía tantas riquezas naturales, tantos manglares, humedales y lagunas, llanos costeros... está aun ahí y agonizando todavía respira desde el farallón que divisé a lo lejos y desde ese corazón de algas que observé bajo mis pies, tan definido que da la impresión que late moviendo el torrente sanguíneo de la Tierra que son las olas.

NOTA: Gracias a Yas y Juanka por darme sin darse cuenta este regalo de cumpleaños y a Juanka en especial por regalarnos fotos tan lindas de nuestra travesura y que acompañan este post. Para los que quieran ver el corazón de algas de Bávaro, pulsen "Corazón del Este"

1 comentario:

Alejandro Ascuasiati dijo...

Esto es jústamente el tipo de eventos de poca importancia que hacen de nuestro vida un evento para crecer.