martes, 19 de abril de 2011

Imagen y Ciclo, planificación para un contexto natural comprometido

*Proyecto de grado para optar por el título de Arquitecto. PUCMM, año 2009
Proyecto premiado en la categoría Mejor Proyecto de Grado en la X Bienal Internacional de Arquitectura de Santo Domingo. año 2010

Área temática: Planificación Territorial
Tema: Arquitectura y Contexto
Proyecto: Ordenamiento de uso para el Parque Nacional Los Haitises
Título o Afirmación: La Arquitectura es capaz de utilizarse como un medio para proteger o beneficiar los espacios naturales más vulnerables a la acción del hombre.
Base de estudio y justificación del proyecto



Preocupados por los efectos negativos que hemos causado al medio ambiente a través de nuestra existencia como raza humana y sobre todo en el último siglo, el ser humano se ha interesado en la exploración de una Arquitectura que se adapte al medio en que se inserta, que pueda ser concebida y ejecutada provocando el menor impacto en el entorno que se construye. 

Esta observación y atención al medio natural no es algo nuevo, sería más acertado decir que es un concepto rescatado. Las antiguas civilizaciones regían sus más importantes decisiones basadas en los acontecimientos y características del medio, desde elegir dónde se asentaría un pueblo hasta las características y orientaciones que seguirían las más importantes edificaciones, basadas en lo que “decía” un lugar, su “genio y esencia” (Camilo SItte). 

El Arquitecto se desarrolla, diseña e interviene en distintos contextos. Hoy no sólo dependemos del contexto natural, así que de una manera global podemos entender la expresión de Vitrubio sobre “la importancia de la Naturaleza del lugar” como la importancia del contexto que nos rodea. 

Un contexto, sin importar su tipo, mientras más definida tiene sus características, más clara es su posición sobre cómo debe ser intervenido su espacio. Una arquitectura responsable es capaz de convertirse en un valor agregado para el espacio y el contexto en que ésta se encuentra. Considerando esto como fundamento básico, nos cuestionamos: ¿No es un espacio natural de carácter comprometido y características especiales y particulares de paisaje, biodiversidad, ecosistema, recursos… un área lo suficientemente fuerte y definida como para marcar sus propios lineamientos? ¿Puede dar el Arquitecto una respuesta conceptual, filosófica y artística a este tipo de medio? Hoy en día “nada impide proyectar un medio edificado que ejerza impactos ecológicos beneficiosos” (Ken Yeang). 

Las zonas que por estas características son semejantes han sido denominadas por la UICN (Unión Mundial de la Conservación de la Naturaleza) los puntos clave de biodiversidad. Se trata de 25 puntos en total donde se acumulan los paisajes, ecosistemas, recursos naturales y la biodiversidad más importante de todo el planeta. La región del Caribe no sólo se encuentra dentro de estos puntos, sino que es uno de los 8 principales, uno de los dos de todo el continente y el único de la franja de América Central. 

Esta característica deja a todo el Caribe y sobre todo a la Hispaniola (que resulta ser la zona de biodiversidad más importante dentro de la región) comprometida a someterse a políticas de conservación y protección ambientales. Existe una obligación, tanto por cuestiones económicas como morales, de proteger y conservar los recursos naturales, de paisaje, ecosistemas y biodiversidad. 
Análisis conceptual

Tomando en cuenta la vocación turística de la economía local y la repercusión de esta industria a escala global, los atributos naturales del país son uno de los más importantes y valiosos de la región. En este sentido, son muchos los intereses que convergen con la intención de disponer y manejar estas tierras. Esto sucede por el simple hecho de que un territorio no intervenido y con uso no identificado es en nuestro país tierra de nadie, a pesar de que se quiera proclamar tierra de todos y para todos. 

Entre los casos podemos mencionar el del Parque Nacional Los Haitises, declarado área protegida en 1976 a través de la ley 409. Creyendo que sería suficiente declarar la zona como protegida, ésta ha carecido de un plan completo que defina y habilite su espacio, a pesar de lo pertinente que resulta ejecutar un plan de uso para la zona. Esto es una constante que se repite en casi todo el SINAP (Sistema Nacional de Areas Protegidas). 

La legislación que ampara la conservación y el uso racional de los recursos pone más esmero en defenderlo y restaurarlo que en facilitar su uso, a pesar de que los objetivos que declara el SINAP y su propia legislación establecen con claridad que se persigue asegurar la “utilización correcta del espacio físico a través de un ordenamiento territorial que considere los recursos naturales y culturales como base para la existencia y el desarrollo de las actividades humanas” (ley 64-00 sobre Areas Protegidas) 

Los espacios naturales son valores patrimoniales, y deben ser lugares donde se priorice por igual su conservación y su uso. La acepción de patrimonio es igualmente aplicable al legado cultural como a los recursos que nos presta la naturaleza a través del territorio. 

La práctica planificadora y gestora no alcanza a satisfacer las demandas reales de los espacios naturales protegidos. Los impactos ambientales y los conflictos de uso se hacen especialmente patentes en este tipo de espacio, dado su objetivo básico de conservación y no de uso público. 

Los espacios naturales, sobre todo si estos están comprometidos por su valor de biodiversidad y paisaje necesitan protegerse por un plan de ordenamiento que contemple de manera especial, las intervenciones arquitectónicas que podrían darse con el fin de complementar las actividades humanas. La planificación es un viejo arte u oficio y ejecutarla evitaría que peligre la perpetuación del patrimonio y, al mismo tiempo, permitiría garantizar una experiencia contemplativa y recreativa sin que los recursos y valores de estas zonas pierdan calidad. 

En este sentido se diagnostica la necesidad de ofrecer espacios en la naturaleza que satisfagan dicha demanda. Por esta vía se conseguiría evitar el conflicto mencionado en espacios naturales protegidos, que conducen a su degradación y la pérdida de la calidad global. 
Propuesta Territorial

Propuestas Zona núcleo



domingo, 17 de abril de 2011

La Obra Rupestre, patrimonio salvable integrado al conglomerado urbano

* Investigación premiada por UNESCO, Unión Latina y Centro León en el concurso "Conoce y Evalúa tu Patrimonio Inmaterial". Ensayo publicado por UNESCO, año 2009. París, Francia.
Proyecto presentado en el II Simposio Internacional de Arte Rupestre, año 2010. La Habana, Cuba.
Principales Obras Rupestres alrededor del mundo.
Las diferentes zonas donde encontramos obras rupestres no fueron elegidas al azar. Desde su concepción, la obra siempre ha estado vinculada al contexto que le rodea. Éste en muchas ocasiones ha evolucionado y cambiado, suceso que analizando los casos nacionales (República Dominicana), produce una desvinculación obra-contexto.

Estudiando los espacios que alojan obras rupestres en contextos como el entramado urbano de la ciudad de Santo Domingo, surgen inquietudes: ¿qué sucede con una obra cuyo contexto cambia, siendo el mismo un factor inherente a la consideración de la obra como patrimonio? ¿Acaso puede ser tomado un contexto alterado, como un valor cultural agregado a la obra rupestre? ¿Cómo puede trabajarse un espacio componente de un patrimonio intangible, obteniendo resultados positivos en el manejo y la administración de los mismos, buscando conservar, proteger y garantizar el uso del espacio integrándola de manera conciente a la urbe? 

“La Obra Rupestre: patrimonio salvable integrado al conglomerado urbano”, es un ejercicio que explora diferentes propuestas de integración para los espacios que alojan obras rupestres dentro de la ciudad de Santo Domingo, buscando respuestas efectivas que integren espacios de valor patrimonial, cultural, y ecológico a un contexto diferente al que los concibió.
Principales Obras Rupestres en Santo Domingo. Potenciales y necesidades del espacio
La geomorfología de la ciudad de Santo Domingo, conformada por terrazas de caliza paralelas a la línea de costa del Mar Caribe, ha permitido la presencia de una cantidad incontable de cavernas en toda la ciudad, y gracias a ellas, un significativo inventario de obras rupestres. 

Entre los puntos distribuidos por toda la superficie de la ciudad, hay puntos con calidad y vocación de tratamiento urbano, y con potencial para crear ese vínculo ya mencionado. Estos puntos son:

-Farallón Sur de la Cayetano Germosén y el Parque Mirador en el Distrito Nacional de Santo Domingo
-Cuevas de Santa Ana y de las Momias en el Conservatorio de Música del Distrito Nacional
-Farallón Sur-Oriental de Santo Domingo Este
Farallón Sur de la Cayetano Germosén y Parque Mirador Sur
Visión 2025
Estos puntos poseen una característica similar, y es que cada uno de ellos, a pesar del valor que como patrimonio poseen, han quedado vulnerables a los cambios y crecimientos de la ciudad y la ausencia de planificación y ejecución de proyectos concebidos en base a la importancia que representa tener un patrimonio como lo es el de la Obra Rupestre en un contexto urbano. La conformación y estructura física, funcional, espacial y perceptual de la ciudad borra o ignora las huellas de este medio sin importar el valor patrimonial que poseen. Esta especie de indiferencia ha producido ocupaciones informales, vandalismo, aislamientos y otras consecuencias perjudiciales para estas zonas. 

Un territorio no intervenido y no identificado su uso, es en nuestro país tierra de nadie, a pesar de que se quiera proclamar tierra de todos y para todos. Patrimonio es una acepción igualmente aplicable al legado cultural como a los recursos que nos presta la naturaleza a través del territorio.
Cuevas del Conservatorio de Música
Visión 2025
Es conveniente y coherente ligar la ciudad a aquellas obras que estuvieron estrechamente ligadas al entorno natural. La conservación del patrimonio es una respuesta defensiva al riesgo de su degradación o pérdida de derecho de su uso publico. Planificar estos espacios asegura este cometido y sirve como herramienta de promoción al desarrollo local y aporta a la conservación de las huellas con carácter de importancia para la relación de las generaciones con su historia y su entorno.

La clave, en términos urbanos, descansa en proponer, integrar, recuperar los espacios que rodean e influyen directamente los albergues de obras rupestres en el conglomerado urbano de Santo Domingo. Debe establecerse como objetivo, crear vínculos entre los elementos botánicos, faunísticos, espeleológicos y culturales que se conservan en el contexto de origen y la obra misma, con los elementos urbanos y sociales. Generar actividad complementaria con sentido positivo para la vida pública urbana ayuda al fin de priorizar tanto la conservación como el uso del patrimonio., garantizando así su promoción.

A través del rescate y revalorización de la Obra Rupestre se evidencia que la misma y su contexto son una unidad inseparable.


Farallón Sur-Oriental de Santo Domingo Este
Visión 2025