lunes, 14 de febrero de 2011

Abilo juega en mis sueños.

Luego de despedirse del mundo de los vivos, Abilo ha venido a visitarme dos veces. Lo recuerdo todos los días, pero a él parece que le gusta visitarme cuando duermo. 


La primera vez yo lloraba, estando en una sala de luz anaranjada que me hacía pensar que afuera sucedía algún atradecer que yo me perdía. Se me acercó por la espalda y me dijo: "Y tú por qué lloras, si a ti te tenemos una sorpresa hoy !... y ese día se me otorgó el premio al mejor proyecto de grado en la X BIASD. 


La última vez, el día de mi cumpleaños, me llamó al teléfono en otro de mis sueños, y en esa ocasión ya no recuerdo la manera literal en la que me felicitaba, pues una vez más yo rompí a llorar mientras desde el auricular escuchaba su voz, que ya no tenía cuerpo.

Se despedía mi ángel... que parece que ya terminaba de partir al lugar que ahora le correspondía, y me dejaba queriendo su visita cada vez que cerrara los ojos, para sentir la compañía de los días en que físicamente estuve a su lado mientras le contaba por 5ta vez en el día que ya era Arquitecto, y él recitaba alguno de los poemas que aprendió en su juventud, para lo que nunca perdió la memoria.

2 comentarios:

JL dijo...

Me encanta y bella foto

Héctor Emilio (Motika) dijo...

Miérquina Elia! este escrito está requetebueno! Me encanta, simplemente fascinante el misterio que tiene. Me quedé con deseos de seguir leyendo.